24 de noviembre de 2011

Si me emborrachaba, deseaba con todas mis fuerzas oir tu voz, al final siempre la escuchaba. Si pensaba en ti y a la media hora miraba el móvil, tenía un mensaje tuyo. Si sonreía al llegar a ese sitio, sin sentido, terminaba cruzándome contigo...   Supongo que fue la maldita casualidad o quizás el destino el que me hizo creer en ti y el que me hizo sentirme especial.  Ahora pienso con fuerza en ti antes de dormir y el único sonido que consigo que emita el puto teléfono es la alarma. Si me acuerdo de ti y miro el móvil sigue el maldito salvapantallas. Si llego a un sitio y sonrío, es porque me he tomado dos copas de más. ¿Sabes el problema?Que el hecho de haber sido alguien especial y no uno más, durante un tiempo, en mi vida no te excluye del derecho de que a veces, beba mas de la cuenta, me tome demasiadas copas, los planetas se alienen con Plutón y yo entonces me acuerde de ti y me vuelva a dormir pensando que quizá esta noche si me llames.

No hay comentarios:

Publicar un comentario