6 de julio de 2011

Solo en esos momentos te das cuenta de que es importante, y que es imprescindible.

Quizás es una de esas muchas frases que hemos escuchado todos, y las pocas que de verdad se cumplen, también de las pocas que muchas personas han comprobado, y las que no, ya lo haran con el tiempo.  Esa de “no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes”. No solo de tenerlo, si no de lo mucho que te importa, de lo mucho que lo quieres, y de lo mucho que temes que se acabe o se vaya... Hoy echas de menos lo que ayer echabas de más, lo que no cuidabas, lo que creias que no era realemnte necesario para ti.  Quizás sea un día en los que recuerdas todo lo vivido, cuando fue el primer te quiero, y el último que escuchaste, pero el que mejor recuerdas es justo el de esa persona de la que lo quieres escuchar; cuando fue la última vez que te miró, y la primera vez que te vio, la primera y la útima vez que cruzasteis las miradas; recordar todo aquello que no se te olvidará, y pensar en lo que no quieres que se olvide.

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